sábado, 3 de diciembre de 2011

Lo que quería y lo que quiero

"Quiero ser como todos los demás. Tener un trabajo y ganar plata y tener una casa con un perro y quizá plantas, muchos libros en una repisa y mucha música para hacer el soundtrack de mi vida.
Quiero un novio normal, uno que me guste de verdad, que se quede a dormir en mi cama y tomemos cervezas un sábado a la noche mientras comemos una pizza y vemos una película tonta en la tele.
Que se ría de mis chistes (me encanta hacer reír a alguien cuando me gusta) y me haga reír a mí. Que salgamos los domingos a caminar o quizá me lleve al cine. Que me regale cualquier estupidez desde lo más profundo de su corazón.
Que salgamos con amigos y que no se ponga mal si lo lleno de abrazos delante de ellos. Que conozca a mi familia y se quede a comer fideos con tuco.
Que sea bueno, dulce, leal, sincero, despierto, inteligente. Que tenga una linda sonrisa y unos ojos puros.
Que no se canse de escribir mi nombre, pero no me llame jamás por él.
Que hagamos alguna promesa tonta que sepamos que no vamos a cumplir, pero que la tomemos en serio por un rato.
Que me preste su campera una noche de frío, y que después cuando llegue a mi casa me pase horas oliendo su perfume.
Que me traiga golosinas y las comamos juntos sentados en el banco de una plaza.
Quiero que me ame por toda la eternidad, si es que debemos ponermos grasas y cursis y aprenderme todas las canciones de amor eterno en inglés y cantarselas en castellano, literalmente traducidas y desafinando. "

Pasó tiempo desde que escribí esas líneas en un cuaderno, herido por la ruptura de un amor que tenía los días contados desde que comenzó. Ya no sé si quiero un amor, un novio "normal" (no sé cuál era mi obsesión con esa palabra), una casa con plantas y perro...ya no lo sé.
Quiero gustarme yo, ser cada vez día más yo. Tener conciencia de qué me gusta a mí, qué me da placer. No quiero dar más vueltas, como un perro ciego, ahogándome en mi propio vacío.
Quiero gritar, quiero gritar fuerte y que todos escuchen. Tal vez no necesite gritar más, como antes, como cuando pensaba que nadie me escuchaba. Ahora muchos me escuchan, están atentos a lo que tengo para decir. Entonces, creo que es hora de que empiece a hablar con mi verdadera voz, para todo aquel que me quiere escuchar, pero sobre todo para mi mismo. Ahí de seguro todo lo que me molesta se va a empezar a acomodar...al menos, debería intentar.

No hay comentarios: