miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cold wave



New Wave y Darkwave y Coldwave, sonidos oscuros, tenebrosos, morbosos, electrónicos, bailables. Bailo en una danza hipnótica, monótona, envuelta en tules negros y poliester y cadenas y rouge corrido y base blanca y delineador negro -mucho- y alcohol y luces violetas y rodeada de personas que están en la suya, escapando a otro lugar, mientras el cantante balbucea algo algo en una lengua que no entiendo pero me encanta no entender, eso sólo lo hace más misterioso y me paso la mano por el pelo y por la boca, corriendome más el rouge y tomo un poco más de alcohol y me pongo más violenta en mi baile y no me importa empujar a los que están alrededor...quiero más espacio para moverme, para reventar este lugar y reventarme a mí misma y gritooooo, como grita él en esta parte de la canción...y doy vueltas con mis trapos todos rotos que me envuelven y sacudo mi cabeza y mis pelos me tapan los ojos y no puedo ver pero no interesa, yo sigo extasiada, excitada, alucinada, hechizada con esta música...bailando hasta que no de más, hasta que me sienta morir...hasta despertar...

martes, 18 de septiembre de 2012

Una madrugada del miércoles, a eso de las 3 a.m.


Dolor de cabeza, Tafirol, jugo de naranja -agua saborizada con sabor a naranja-, farmacopea, música deprimente, sonidos lentos, letras reflexivas: "dejo el universo atrás, entonces caigo...caigo...". Palabras en el monitor de mi computadora. Intentar sacar un poco el asco hacia afuera, la porquería, para no asfixiarse, para no intoxicarse. Tu cara, tu cara estúpida -la tuya, y la tuya, y también la tuya- que se me viene a la cabeza y me apoyo contra mi mano porque me duele más de repente. Luz blanca, ojos adoloridos, cansados, mente llena, vaciarla, resetear la máquina, hacer un poco de espacio. Colores, pienso colores, cuadros que no puedo llevar a cabo, mi lado perfeccionista se encuentra con mi lado más perezoso y al final no hago nada. Links por decenas en mi muro de Facebook, soy popular, soy aceptado (aceptación pero sin plata, no es lo mismo), un chico que me parece lindo me dice que estoy megabueno pero vive lejos, otro guión más para mis novelas imaginarias. Lluvia, la primavera no quiere llegar y traernos sol y alegría- y alergias- y amor y flores y chicos sin remeras y pantalones cortos, piernas velludas, preciosas, adoradas. Me encantan las piernas, me vuelvo un fetichista asqueroso, quiero tenerlas alrededor mío, en mis hombros, y disfrutarlas, disfrutar la textura del vello sobre mi cara, sentirlas con mis manos, con mi lengua...
El dolor está en mi nuca ahora, y el ardor en mis ojos se acrecienta, y en mis oídos se escucha una canción de los 90's que casi nadie conoce y mi sueño está volviendo y no me masturbé ésta noche y ya no quiero hacerlo. Quiero bailar este tema, quiero bailartelo a vos -o a vos- borracho, queriendo que me agarres de la cintura y me comas la boca y me lleves a tu cama y me hagas olvidar de sus besos, que ahora me dan asco, y de mi mismo, que también me doy asco...y que me lleves a otro lado que no sea este mundo, pero no te puedo pedir tanto, al menos no la primera vez.
Mente cansada, ya no quiero pensar más frases, no quiero recordar más situaciones, no quiero ver más imágenes que no puedo alejar con un click, no quiero pensar que no tengo un mango y no hago nada para tenerlo...
Cierro mis ojos...imagino ser otro...pero no funciona.
Me voy a la cama, esperando darme cuenta que estoy soñando, así intento volar...

We'd left our love in our summer skin

Nuestro amor se terminó un día antes de comenzar el otoño. Irónicamente cuando pensaba que todo funcionaba más que bien. El verano fue testigo de nuestro fugaz romance, de nuestras salidas a espiar a la gente por la calle, de nuestras noches alcohólicas en tu terraza, de los besos descarados en las fiestas de tus amigos, de nuestras risas por las calles de tu barrio en plena madrugada...
Todo se terminó con un llamado un sábado a la tarde, así, abruptamente, un día antes de comenzar el otoño, el último día del verano.
Realmente, como es de imaginar, no lo esperaba. El odio que te tuve fue enorme. Las cosas que te dije esa tarde, caminando por el medio de la calle mientras hablaba con vos creo no habérselas dicho a nadie...y el, ridículo, llanto que siguió a esa charla no tiene comparación con ningún llanto de novela mexicana, venezolana o colombiana.
"Sobrevivir" a esa gran tragedia me llevó un par de meses. Eventualmente salí adelante, conociendo a varios personajes más o menos pintorescos, más o menos grotescos...característico en una situación como la mía en ese momento.
Lo que no entiendo es, como al cabo de casi un año y medio de lo sucedido, se me ocurrió tratar de acercarme a vos nuevamente. Claramente seguía afectada mi cabeza o fue el efecto a largo plazo de las pastillas para dormir que tomaba cuando no me soportaba a mí mismo. Y lo que me resulta más extraño o, quizá deba decir, más trágico, es que me hayas contestado.
Ciertamente hay cosas que no se deben hacer. Y ciertamente hay cosas que nunca van a cambiar. No voy a explayarme en nuestro eventual encuentro y en lo sucedido más tarde. Creo que, lo que hice, lo hice porque lo sentí y esperaba que todo ocurriese de una manera más...adulta.
Desde ya que aprendí que hay ciertas cosas que no se deben hacer y que hay ciertos lugares adonde no se deben volver, en lo absoluto. Me pareció algo tan ridículo que hasta me avergonzó haberlo hecho.
Lo nuestro quedó atrás hace tiempo, en un verano en Buenos Aires, muy caluroso. Tendré muchísimo cuidado esta vez de que la primavera no me traiga nada de eso este año...