domingo, 18 de diciembre de 2011

Love, love, love

¿Cuántas historias de amor nos vendió la tele y el cine y la música y el arte? La literatura está llena de historias de amor, desde las más banales hasta las más trágicas, pasando por las cómicas o las más anodinas.
Cómo nos morfamos todas esas ficciones de cuarta-unas-o un poco mejor escritas, pero que al fin y al cabo terminan siendo lo mismo. ¿Qué diferencia termina habiendo entre una canción de Chayanne cantando sobre la desesperación de estar un día sin la persona que ama y Romeo en el balcón diciéndole a Julieta que sería mejor estar muerto si no tiene su amor? Sólo unos siglos de diferencia y un vocablo un poco más rebuscado. Sí, muchos me odiarán por haber comparado a Chayanne con el excelso Shakespeare, quizá no tenga la autoridad para hacerlo, ni los títulos universitarios, ni el conocimiento en profundidad de la obra de Sir William, pero el tema del amor, de la necesidad de tener al ser amado, de no soportar la vida sin el amor del otro es algo que une a muchos artistas que no tienen, en principio, nada que ver entre sí.
El amor los une a todos, o el desamor; pero, antes, para que exista el desamor, tuvo que haber amor. Y los artistas adoran el amor/desamor. El cine adora el amor. Romanticismo barato, historias épicas de amor, historias de amor imposible, interraciales, homosexuales, heterosexuales, transgéneros. Amor entre la Realeza, amor entre gente común y corriente. Películas mudas de amor, en blanco y negro. Musicales acerca del amor, en Technicolor. Mujeres sufridas, pálidas, de labios carmín y peinados a prueba de balas. Hombres recios, masculinos, de bigotes y pelo con gomina. El amor a primera vista, el amor eterno, casi casto incluso. Amor y matrimonio, amor prohibído, amor incestuoso, perverso, doloroso...hay mil formas de amor en el cine.
Y las novelas, y las canciones de amor y del triunfo del amor ante la adversidad y letras que hablan de corazones rotos y que de seguro vamos a escuchar cuando alguien también nos rompa el corazón a nosotros y por fin entenderemos qué es lo que se siente.
Ayer vi un sticker en la puerta del bondi con la palabra amor y me pareció gracioso. Todos hablamos del amor todo el tiempo...pero ninguno sabe muy de qué se trata. Todos lo queremos-¿todos?-pero ninguno está muy al tanto por qué.

"Al inundarse el cerebro de feniletilamina, este responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), de norepinefrina, y de oxitocina (que además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser un mensajero químico del deseo sexual), y el comienzo de la accción de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado."

Esa podría ser una explicación científica bastante aceptable y razonable, pero...quién va a recordar todos esos nombres de hormonas tan complicados?. Lo vimos en las películas, en las novelas, en las canciones de rock y pop y hasta en el punk de The Ramones. En la literatura o mismo en los videojuegos- ¿quién no se pasó tres horas tratando de rescatar a la princesa Peach en el Super Mario?, si eso no se llama AMOR no se qué es- nos hablan de amor y romance y cupidos rechonchos y culones con flechas y nubes de color rosa y arco iris...
Todo es más lindo con el amor, ¿no?. Al menos eso es lo que me contaron...



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