lunes, 31 de octubre de 2011

La tirania de los homosexuales

Oh, sí, los homosexuales. Los eternos rechazados, los que siempre son discriminados por todos, por los padres, por los compañeros de escuela, por la sociedad entera.

A quien podría ocurrírsele que esos mismos rechazados, esos mismos que son discriminados, que son dejados de lado y con quien fueron crueles podrían siquiera ser parecidos a sus verdugos.

Basta con ver algunos anuncios dirigidos a la comunidad homosexual. Cuerpos perfectos, caras preciosas, dientes blanquísimos y derechos (mierda! Como hacen?). El porno…bueno, pero el porno debe ser eso, un lugar donde se juega con la fantasía, con lo que sabemos que nunca vamos a tener, con los cuerpos que desearíamos tener. Solo que al parecer muchos no se enteraron de eso y buscan los cuerpos perfectos, las pijas kilométricas, los culos rosados y los dientes blancos y derechos.

Y, por supuesto, no todos encajamos en el modelo de cuerpo perfecto con genitales enormes y cabeza hueca y vacía.

Y los que no encajamos somos dejados de lado, discriminados por esos mismos que supuestamente claman por igualdad, por los mismos derechos, por una comunión de hermanos y hermanas homosexuales, lesbianas, travestis y demás géneros existentes.

El gordo, el petiso, el morocho, el del conurbano…

La palabra MACHO usada tantas veces inútilmente.

El que hace bandera y vapulea al que no.

El musculoso de cuerpo de gym que solo busca “coger con iguales” (cuando solo quieren satisfacer una necesidad narcisista porque no pueden meterse su propio pito en el culo)

Los que tanto celebraron el matrimonio igualitario, pero a la hora del compromiso ni siquiera son capaces de hacer un llamado telefónico, o contestar un mail.

Los “bicuriosos”, los reprimidos, los que quieren probar “a ver qué onda”.

Encontrar un amante para alguien que piensa un poco más que el resto se vuelve tarea complicada.

Los intelectuales terminan siendo aburridos, y cuando te acostas con alguien que te calentó terminas aburriéndote igual porque no hay temas de conversación.

A veces yo también termino rechazando o dejando de lado a muchas personas.

Supongo que no tiene que ver con el género, ni con la identidad sexual, sino más bien con el inconformismo y la ansiedad propios de nuestra época, donde todo tiene que ser rápido, bueno, eficiente.

En el fondo yo también quiero un novio lindo…