domingo, 8 de enero de 2012

Saturday night

Otro sábado que se va. Otro sábado que se convierte en un domingo melancólico.
Lugares para...¿conocer gente?. Muchas máscaras, muchas caretas, mucho disfraz. La música es nuestra cómplice. Te pido un beso porque me parecés lindo...nadie más quiere besarme. Y estoy muy borracho pero muy consciente todavía. Es como si rogara y siento asco. Asco de todo, asco de mí, asco de vos, asco de ellos...que bailan al son de una melodía que no es interesante. Pero no importa, me estás besando ahora. Tu lengua se mezcla con la mía y mis manos recorren tu cintura y tu pecho, toco tus tetillas, bajo hacia tu culo, lo acaricio un rato...te acerco más hacia mí.

-Sos muy bonito, pero no sos lo que estoy buscando.

Y, de repente, siento como si fuese un agravio y mi ego es herido por alguien que no conozco y es como si me escupiesen en la cara.
Sonrío y me voy...a la barra, a comprar otra birra.
Y todas esas personas que, están disfrazadas de sus personajes favoritos, de alguien a quien jamás ninguna persona va a poder lastimar, porque es impenetrable, y sus sonrisas son de piedra y sus miradas frías. Son feos, todos, horrendos.
Góticos, modernos, osos. Un lugar para cada cosa, un lugar para cada quien. Vos con los de tu propia clase, yo con los míos. Pero, ¿y yo qué soy? ¿Moderno? ¿Gótico? Oso...sé que no, estoy muy flaco todavía para ser un oso. Y , entonces, bailo conmigo mismo, como siempre, y me pierdo...me quiero perder, con la música...irme lejos, lejos de ese lugar inmundo y aburrido y plano.
Y bailo, bailo fuerte, violentamente, apasionadamente, con furia. ¿A quien le importa? Soy sólo yo bailando, sacando afuera toda esa energía que tengo en mí. Pensando en...lo horribles que se ven todos.
Y como siempre, vuelvo solo a casa, y nadie me lleva a la suya.
Y estoy borracho...mareado.
Y llego a casa...y decido...escribir una historia acerca de...lo mal que se la puede pasar un sábado a la noche. Acerca de alguien que...se siente rechazado, como cientos-¿o eran miles?- de personas en el mundo, que buscan a su "media naranja", saliendo todos los findes, o en una estúpida e insulsa página de "citas"

Y...todavía, queriendo un beso real, UNO verdadero, uno solo al menos.
Y nuestro beso fue de alguna manera real, pero...él pensaba en otro. Y el otro pensaba en lo que no era yo.

Y sólo quiero estar en mi cama, sin nadie que me moleste, porque me muero de sueño. Y, a veces, fantaseo con que me pedís que me acueste con vos, y que me lo pedís porque te gusto de verdad. Pero después me despierto, y la vida sigue siendo la misma. Vos...nunca apareciste. Al menos no para mí.

Y siempre hay una canción triste, o alegre, o irónica, que me acompaña en mi mp3, de regreso a casa, y que tarareo o canto a viva voz, según la ocasión. Creo que solo puedo decir, Dios gracias por la música digital

No hay comentarios: