martes, 3 de enero de 2012


Ella siempre quiso un amor; una historia de amor, una propia. Quizá fue el hecho de que su padre la despreció, siempre, desde muy temprana edad, desde que él se dió cuenta de que ella era más inteligente que él. Si sólo hubiese sido varón...
Ella siempre había sido la molestia de la familia, la maniática, la histérica, la complicada, la loca.
Y su madre...su madre la llenó de neurosis. Ella, que quería ser una buena madre, la sobreprotegió, le llenó la cabeza con miedos, con preconceptos estúpidos con los que ella también había sido críada. Ideas ridículas acerca de cómo debía portarse una señorita cuando la "maldición" había caído por fin sobre su cuerpo. "Ya no podés estar tan cerca de los chicos ahora", le dijo, y ella no entendía el por qué. Reguladores sociales, la diferencia entre hombre-mujer, las tareas del hogar. Delantales con volados y zapatos de taco alto y perfumes y maquillaje. La perfecta ama de casa, la perfecta madre, la perfecta hija.
Creció pensando que era menos por ser mujer, creció con miedos, a pesar de ser inteligente. Fue rechazada en su adolescencia por esos muchachos que ella tanto deseaba, personajes inmaduros, preseteados para ser futuros hombres de familia y jefes exitosos de grandes empresas. Cuerpos viriles, mentes planas. ¿Por qué tenía que ser así? Creció pensando que era fea, que si aumentaba unos kilos más nadie la iba a mirar, que sus compañeras eran más lindas que ellas, aunque eran insulsas y estaban destinadas a ser personas mediocres, esperando casarse de blanco y a tener una fiesta en un gran salón repleto de personas.
En el fondo ella también quería algo de eso. No, no la fiesta en el gran salón, pero sí tener alguien al lado que la quisiera, que la quisiera de verdad, que la quisiera como ella era. Su amor, sin etiquetas estúpidas como MARIDO o ESPOSO, no. Ella quería alguien que la acompañara en su vida, que estuviese ahí cuando ella lo necesitara. Que la protegiera, no por ser mujer, sino por ser su par, su par intelectual y afectivo. Ese hombre...ese ser humano que la iba a entender siempre.
Conoció chicos estúpidos, hombres inmaduros, amantes inexpertos y torpes. Buscó ese cariño que no tuvo del hombre que la rechazó primero que nadie en su vida. Lloró muchas noches, esperando el gran amor, su par afectivo, el papá que nunca la quiso.
Supo en un momento que todo eso que le habían dicho era mentira. Sabía, que ella era más inteligente que todos esos hombres que la habían despreciado, como su padre, como muchos otros.
Fue ella la que rechazó hombres cuando tuvo conciencia de quién era ella en verdad. Lo hizo porque ninguno de ellos estaba a la altura. Ninguno podía acompañarla en su vida, no del modo que ella quería.
Pero en el fondo, ella seguía esèrando su gran historia de amor. A pesar de saber de que el amor no iba a cambiarle la vida, ni la forma de pensar, ni iba a salvarla de ningún tormento ni de ningún apremio. Ya no creía en las películas de amor que había visto en la tele ni en las canciones que había escuchado que hablaban del triunfo del amor.
Aún así...había muchas veces en las que...mirando una de esas películas de amor, o escuchando alguna de esas canciones, en la privacidad de su hogar...sin que nadie pudiera observarla...algunas lágrimas caían sobre sus mejillas...y un gran suspiro de amor salía de su boca.

2 comentarios:

JUaNita BlEe dijo...

someone as brave as me...

Romy dijo...

Muy bella y triste historia....