domingo, 17 de junio de 2012

El niño excitado y deprimido

Psicopatología. Sala de espera, paredes blancas, sol radiante, claridad en la oscuridad. Alprazolam, o alguna otra droga para no pensar de más; pesadillas, culpas, miedos, vacío, vacío, vacío. La mujer que se rasca sin cesar, y el hombre que va de acá para allá, preguntando mil veces lo mismo. No se me acerquen...no me miren...no me toquen.
Aburrido...y el vacío. Cubículo, encierro. Vacío. Amor y sexo, coger; pijas y culos y olores y sabores. Ano, lamerlo, chuparlo, disfrutarlo, abrirlo...y después el vacío. Leche, wasca y el vacío, aburrimiento, encierro, ahogo y vacío. Y su cara, mirándome y escuchando, o haciendo que escucha, anotando todo en su cuadernito espiralado, o en una hoja suelta-¿qué mierda anota?- y trato de mirar, de distinguir una palabra mientras ella escribe, pero hace la letra inentendible, a propósito, así nunca te enterás.
Felicidad, luchar por la felicidad, llorar de felicidad. Llorar por no ser feliz. Feliz, feliz, felicidad química, felicidad ficticia, de novela, rosa. La gran felicidad, la FELICIDAD, así con mayúsculas, pero yo quiero esa felicidad más chica..más berreta.
Y el ahogo, y el vacío y el aburrimiento y el sopor. Y las mismas palabras y los mismos gestos. Vacío, aburrimiento. Y ella anota todo en su cuadernito, o en la hoja suelta: sueños, deseos, miedos, ansiedades, culpas, fechas, lugares, nombres, caras, cuerpos, pijas, conchas, anos, madre, padre, hermanos, amigos, amores, garches, vacío, aburrimiento, pastillas, drogas, alcohol, música, cine, tele, mierda, dolores de cabeza, pesadillas, parálisis de sueño, ahogos, amor, amor, amor, y más graches y perversiones, fetiches, y familia de nuevo y amigos y más nombres y más fechas, y break ups y llantos y abrazos y caras que ya no viste más y TE AMO y TE DETESTO y noches, muchas noches y- ¿qué mierda está escribiendo?- luz que entra por la ventana, en ese cubículo de mierda, el frío de afuera acá no se siente, edificios, blancos, parejitos, perfectos; un balcón, alguien sale, tal vez quiera tirarse pero no se anima, tiene miedo de que alguien lo mire.
Y otra fecha, otro turno, otra visita. Otro día para hablar del vacío, ese vacío que llena decenas de hojas de ese cuaderno espiralado o decenas de hojas sueltas, que despues las junta todas con una abrochadora, este vacío que llena mi pecho, este vacío que llena mi cama de personas y nombres y cuerpos y caras y olores y recuerdos y voces y que hace que no pueda dormir y que hace que escriba sobre el vacío...que ocupa tanto espacio en mi vida.

1 comentario:

Lean dijo...

Yo sabía que me entendías.